sábado, 7 de mayo de 2011

Vendedores de sueños...

Leyendo un libro muy bueno, cuya lectura recomiendo: Hijos brillantes, alumnos fascinantes de Augusto Cury, pensaba muchisimo en la importancia de soñar, de proyectarnos, de anhelar, de tener una visión y un horizonte, para que partiendo de allí y habiendo explorado nuestro propio mundo interior, podamos establecer pequeños y grandes pasos para alcanzarlos.  ¿Qué sería del mundo sin sueños?, ¿qué sería de nosotros si no soñáramos?.  Qué facil era responder cuando éramos niños y nos preguntaban, ¿qué quieres ser de grande?... múltiples respuestas, a veces llenas de fantasía afloraban de nuestros labios: ¡Profesora!, ¡Bombero!, ¡Astronauta!, ¡Policía!, ¡Doctor!, o simplemente contestar "como mi papá o mi mamá" bastaba para resolver las dudas de nuestros interlocutores.  ¿Y ahora? si nos preguntaran, ¿qué contestaríamos? ¿Acaso sería tan fácil contestar?

Lamentablemente cuando vamos creciendo, crecen nuestros prejuicios y complejos, pensamos en agradar a los demás o buscamos qué decir para brillar frente a otros u ocultar nuestras limitaciones... Recuerdas acaso qué soñabas de pequeño, qué veías en tu futuro, qué te hacía esbozar una sonrisa cuando cerrabas los ojos... ¡ES NECESARIO SOÑAR!... y no sólo eso... ayudar a otros a que lo hagan, ser vendedores de sueños, desemburbujadores de ideas y talentos... saquemos ese corcho que está en nuestra mente y limita la salida de nuestras más brillantes ideas, aunque parezcan tan descabelladas o imposibles, rompamos las barreras que impiden que seamos lo que somos, que seamos felices, que construyamos un mundo mejor por el amor y la entrega, por vender sueños de amor y de paz.

Para terminar los dejo con un fragmento de Augusto Cury, que hace alusión a los educadores, pero finalmente... todos educamos o no???

¡Somos vendedores de sueños!
Vendemos sueños para que el abatido se anime,
para que el tímido tenga arrojo y el nervioso se tranquilice,
para que el poeta se inspire y el pensador cuestione y cree.
¡Sin sueños, somos siervos!
¡Sin sueños, obedecemos órdenes!
¡Si soñáis, no tengáis miedo de caminar!
¡Y si camináis, no tengáis miedo de tropezar!
Y si tropezáis, no tengáis miedo de llorar,
levantaos, pues no hay camino sin accidentes.
Concedeos siempre otra oportunidad,
puesto que la libertad solo es real si,                                 después de equivocarnos tenemos el derecho de volver a empezar. 

No hay comentarios: